La neurología de la felicidad
La neurología de la felicidad es el título de una obra del conocidísimo científico Alemán Tobias Esch, dónde entre otros aspectos, aborda la importancia de la neurología sobre nuestra propia felicidad.
Principalmente, el aspecto que más llama la atención de dicha obra es sobre nuestra propia capacidad para conseguir ser felices, es decir, de qué depende la felicidad ?
Y aunque parezca obvio, la conclusión es que la felicidad depende en un 90% de nosotros mismos.
Una vez sabemos que el 90% de nuestra felicidad, depende nosotros mismos, vamos a analizar cómo podemos hacer para potenciar al máximo esta capacidad.
El 50% de la felicidad es innata en el ser humano.
Este dato es verdaderamente espectacular y totalmente cierto. Esto significa que el ser humano nace con la finalidad de ser feliz, es decir, es feliz por naturaleza. En el fondo este es el aspecto que ha hecho posible que el ser humano haya evolucionado. Imaginémonos al hombre de cromañón. Si no hubiera sido feliz por naturaleza, jamás se habría esforzado para conseguir evolucionar, para alimentarse, para reproducirse. Sin esta felicidad, el hombre jamás habría inventado nada, y por tanto, hoy en día posiblemente la raza humana ya no existiría.
Este dato, aunque obvio, es muy importante y verdaderamente sorprendente. Si yo te digo que tienes un 50 % de probabilidades de que te toque la lotería, qué harías? Supongo que comprar boletos, no? Pues aunque parezca innecesario, es muy importante recordarse este porcentaje. El ser humano es feliz por naturaleza.
El 40% de nuestra felicidad depende activamente de nosotros mismos.
Una vez analizado ese 50 % de capacidad innata para la felicidad, viene la siguiente nivel, el 40%. Esta obra también demostró que el 40 % de nuestra felicidad depende activamente de nosotros mismos, de nuestras acciones. Y, cómo podemos aprovechar al máximo este 40% de nuestra felicidad? Poniendo un para qué en nuestra vida, una misión.
Todos tenemos una misión en nuestra vida, un para qué hacemos las cosas. Fíjate que no utilizo un porqué, ya que el porqué, posee connotaciones justificatorias, es decir, requiere de nosotros mismos una “excusa”. Por qué has hecho tal cosa? Es como negativo, es como si te pidieran explicaciones por una determinada acción. En cambio, si te preguntan el para qué has hecho tal cosa, conlleva una visión de futuro, un motivo. Es importante que todos cultivemos y nos preguntemos en alguna ocasión el para qué de nuestras acciones.
Este hecho, está totalmente relacionado con una historia milenaria que se repite con el paso de los años en todo tipo de culturas y en todo tipo de escenarios. El viaje del héroe. El viaje del héroe recrea la historia de alguien humilde, que debe emprender un viaje para salvar a su pueblo, la humanidad o “la princesa”. Esta historia es por todos conocida.
Un dato curioso sobre este viaje del héroe, es que esta historia es exactamente la misma de todos los cuentos, fábulas, leyendas de dioses, novelas etc. Da igual que sean de origen occidental u oriental. Siempre es una historia que se repite. Pensar sino en cualquier cuento de Disney, o Star Wars, o cualquier cuento infantil. Es como el futbolista brasileño que nace en una familia humilde, consigue jugar en el equipo de su ciudad, da sus primeros ingresos a sus papás, y finalmente firma un contrato multimillonario con un club europeo y se convierte en el héroe de su familia, de su pueblo, de la favela. Esta historia es común, y esto significa que todos los seres humanos estamos programados para hacer nuestro particular viaje del héroe.
Todos tenemos una misión y un para qué hacemos las cosas que hacemos. No hace falta salvara a la humanidad, ni a la princesa del dragón, pero sí que se trata de analizar nuestra misión, nuestro para qué hacemos las cosas.
Al hacer este análisis, conseguimos dotar de sentido a nuestras acciones y esto hace que el esfuerzo tenga una recompensa. Pero esto no es automático, no podemos pedir a nuestra mente que por sí sola haga el esfuerzo de pensar sobre esta misión – ya hemos comentado muchas veces lo vago que es en ocasiones nuestro cerebro -. Es importante que se lo recordemos.
La mejor técnica para recordarnos estos aspectos es la celebración. La celebración es fundamental. Tenemos la fea costumbre de celebrar el resultado en vez del esfuerzo, y lo que realmente necesita nuestra mente es celebrar el esfuerzo. El esfuerzo de hacer las acciones necesarias para cumplir con nuestra misión.
Y para hacer esta celebración, es necesario reflexionar sobre dicho esfuerzo, si ha estado o no a la altura y cómo lo vas a celebrar. El cómo en este caso es casi tan importante como el qué. Cómo lo vas a celebrar? Es como si estás haciendo una dieta, o si estás entrenando duro para una competición deportiva. Si no le damos ese caprichito a nuestro cuerpo, difícilmente mantendremos la motivación necesaria para mantenernos fuertes en el esfuerzo.
El 10% de nuestra felicidad no depende de nosotros mismos, es externo.
Y por último está el 10% restante sobre lo que influye en nuestra felicidad. Un porcentaje prácticamente insignificante y que no debería influir en nuestra capacidad para ser felices, no?
Pues es increíble ver cómo le dotamos de importancia a ese 10%. Una mala noticia, un acontecimiento inesperado, etc. puede mandar toda nuestra felicidad al traste. Y es solo un 10%.
Así que si en algún momento te sientes preso de de esa sensación de creer que eres un desgraciado y que todo lo malo te pasa a ti, piensa que si no eres feliz, es porque no quieres.
Te gustaría aprovechar al máximo esa capacidad para ser feliz? Contáctame y te ayudaré a conseguirlo!
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